Un estudio encuentra “muertes no contadas y sufrimiento innecesario” debido a que el empleador y el gobierno no abordaron el COVID-19

Abril 29, 2022

El informe de Docena Sucia de 2022 incluye una sección especial sobre el costo que COVID-19 ha tenido en los trabajadores. Los autores informan que “todavía no podemos responder una pregunta básica: ¿Exactamente cuántas personas en los EE. UU. se han enfermado y muerto por exposición al COVID-19 en el lugar de trabajo?”

El informe cita datos de J. Scott Davidson, director ejecutivo de One America Insurance, con sede en Indianápolis, sobre muertes reales –es decir no sobre estimaciones ni proyecciones-basadas en reclamaciones presentadas para pólizas de seguro de vida. Los datos de Davidson indican que:

  • “Las tasas de mortalidad aumentaron un 40% con respecto a lo que eran antes de la pandemia” para las personas entre 18 y 64 años, la principal población en edad laboral.
  • “Las muertes que se reportan como muertes por COVID subestiman en gran medida los fallecimientos reales entre las personas en edad laboral a causa de la pandemia”.
  • “Puede que no todo sea COVID en sus certificados de defunción, pero las muertes han aumentado en números enormes, enormes... Lo que estamos viendo es que las personas contraen COVID, se recuperan y luego mueren a causa de algún tipo de mecanismo de enfermedad que se vio afectado por el hecho de contraer COVID en primer lugar”.

El reporte también subraya que:

La pandemia de COVID-19 también continúa revelando desigualdades profundas basadas en la raza, la clase y el ingreso. Aunque las tasas de infección no varían mucho entre los diferentes grupos poblacionales, las personas indígenas, isleñas del pacifico, negras y latinas tienen tasas de mortalidad mucho más altas que las de las personas estadounidenses blancas y asiáticas, lo que indica desigualdades significativas en el acceso a atención médica y a otros recursos que pueden hacer la diferencia entre vida y muerte.

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A pesar del impacto enorme y mortal del COVID-19 en los trabajadores y las personas de color, tanto el gobierno como el sector privado han respondido a tropezones, sin brindar ni hacer cumplir las protecciones que pueden reducir muertes y salvar vidas.